En esta obra se analiza el suicidio desde la perspectiva del desarrollo histórico de la humanidad, y se le relaciona con distintas explicaciones teóricas psicoanalíticas. En ella se puede apreciar la preocupación de una profesional comprometida con la salud mental de la población y con las medidas que se deben tomar para prevenir futuros actos suicidas; de ahí que, en sus conclusiones, la autora señale la escasez de estudios sobre el tema, tanto por tabúes sociales y religiosos como por el miedo de todo ser humano al tema de la muerte y la agresividad de sí mismo. Quizás uno de los mayores méritos de este libro es que trata de entender el suicidio como un fenómeno históricamente humano.