Esta obra aborda el fenómeno de los menores infractores como un serio problema social profundizado de manera particular durante la última década. Este problema se suma a los conflictos de la seguridad pública y, en sentido más amplio, a la problemática nacional. En consecuencia, este libro se encarga de ver sus efectos y algunas de sus causas en los sistemas administrativos que se encargan de atender a los menores infractores, así como a los jóvenes reincidentes que constituyen la mayor evidencia de la escasa adaptación del menor por parte de las instituciones que se encargan de ellos. Los autores sostienen que ésta es una cuestión que reside, primero que nada, en la educación y en la cultura