“La fotografía es igual y distinta de la pintura. Igual porque ambas nos hacen mirar lo invisible, distinta en tanto que lo mirado nace de la diferencia entre el tiempo y el instante. Mirar lo invisible del instante es lo propio de la foto, ella siempre está irremediablemente atada a la realidad de lo mirado, ancla el tiempo en el momento, ancla los objetos en su detención. La imagen fotográfica es una imagen en conflicto, una zona de guerra que se instaló para siempre en el arte: el conflicto entre la vida y la muerte, entre la memoria y la presencia. La foto se ata irremediablemente a la realidad, pero hace de esa realidad un lugar donde el tiempo, cuando menos en su sentido inmediato, se cancela”.