La propuesta de esta obra, afirma Gilberto Giménez, “se inscribe en la lógica de los movimientos ambientalistas emergentes que en esta fase de la modernidad neoliberal y consumista luchan por la reapropiación de su patrimonio de recursos ambientales. Adopta, de entrada, una perspectiva integradora y holística que le permite aprehender su objeto de estudio —la cuenca hídrica— como un sistema complejo. La autora ha encontrado en San Agustín Amatlipac una comunidad que ha sabido administrar de modo eficiente y sustentable los recursos hídricos de su microcuenca, en función de ‘saberes ambientales’ legados por su cultura ancestral y con base en estructuras organizativas propias”.