Información adicional
Autor | Erika Román Montes de Oca |
---|---|
Editorial | UAEM |
Colección | Sin colección |
Número de páginas | 208 |
Año | 2016 |
ISBN | 978-607-8519-17-0 |
Edición | Primera edición |
Idioma | Español |
Acceso abierto
¿Por qué es importante seguir sembrando la milpa, cuando se dice que ésta ya no es un cultivo rentable? ¿Acaso esta actividad ha sido parte de los procesos que han definido a los campesinos como grupos sociales y de las grandes transformaciones en sus formas de vida, producción y reproducción? ¿Por qué en los últimos años han optado por fortalecer sus cultivos con destinos para el autoabasto pero no para la venta de excedentes? ¿Será como respuesta a las difíciles condiciones que las políticas neoliberales les han impuesto?
La investigación que aquí se presenta busca responder a estas y otras interrogantes. Se trata de un estudio realizado en Amatlán de Quetzalcóatl, en Tepoztlán, Morelos, que aborda el cultivo de la milpa como una actividad central en la vida del pueblo, la cual sostiene la alimentación, la reproducción campesina y la persistencia de la propia milpa. Éste consistió en un análisis cualitativo desarrollado a partir de la aplicación de cuestionarios semiestructurados, entrevistas a profundidad, visitas de campo, observación participante y revisión de fuentes documentales.
Ante las presiones globales, a pesar de las condiciones de pobreza y subordinación y sin políticas internas que promuevan mejoras en la producción, los campesinos no solo han logrado mantener el cultivo del maíz criollo, lo cual representa en cierta forma su propia permanencia, sino que han desarrollado de manera activa nuevas fuentes de ingreso para subsistir mediante sus propios recursos, experiencias y limitaciones, los cuales definen su cultura.
Autor | Erika Román Montes de Oca |
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Editorial | UAEM |
Colección | Sin colección |
Número de páginas | 208 |
Año | 2016 |
ISBN | 978-607-8519-17-0 |
Edición | Primera edición |
Idioma | Español |