Ciudadanía y educación. Ideales, dilemas y posibilidades de la formación ético-política

Muchas razones apoyan la necesidad de formar ciudadanos que impulsen los cambios que requiere el país, pero sobre todo hay dos: el clima de inseguridad y el permanente sentimiento de temor en el que se desenvuelve la vida de la mayoría de los mexicanos, así como la debilidad de los Estados nacionales frente al ímpetu de las empresas y los organismos financieros internacionales.

Ello obliga a mirar a la ciudadanía desde otra perspectiva. Aquí se parte de que la condición de una ciudadanía participativa es cierta capacidad de praxis que incluye las competencias para el ejercicio de la política deliberativa, la democracia ampliada y el sentido de justicia propio de una personalidad moral.